Doloroso sepelio de Jorge Amir

Dolor, tristeza e impotencia revelaban los rostros de los alrededor de 100 elementos de la Policía Estatal Preventiva y familiares y vecinos que lo acompañaron hasta su última morada, en el panteón de Subteniente López

CHETUMAL.- Dolor, tristeza e impotencia revelaban los rostros de los alrededor de 100 elementos de la Policía Estatal Preventiva, además de familiares y vecinos, que acompañaron hasta su última morada al agente preventivo Jorge Amir Flota Matos.
Al filo de las 10:00 de la mañana, comenzaron a reunirse familiares y vecinos en el domicilio ubicado sobre la calle Cuauhtémoc por Reforma en la comunidad de Subteniente López, casa de su madre, donde el ahora occiso vivió su niñez y adolescencia.
El ambiente se encontraba tenso; llanto y dolor por la pérdida de un ser querido, se conjugaban con cánticos eclesiásticos, entonados por un trío de jóvenes que con sus guitarras hacían un poco menos pesado el entorno.
Minutos más tarde hicieron acto de presencia alrededor de cien efectivos policíacos compañeros del difunto, quienes en un gesto de solidaridad se privaron de su día de descanso para hacerle compañía a la familia del amigo, con el cual convivieron, algunos, alrededor de 15 años.
A las 12:30 del día, tras una breve ceremonia en la parroquia local, el ataúd donde yacía el cuerpo inerte del oficial, fue trasladado en hombros de sus compañeros hasta el panteón de la localidad, en un convoy en el que participaron integrantes de la banda de guerra de la PEP, alrededor de ocho patrullas con unos 30 efectivos armados, dos patrulleros, la carroza fúnebre que no fue usada y paramédicos de la Unidad de Respuesta a Emergencias Médicas.
Una vez en el panteón las emociones encontradas no se hicieron esperar, la viuda de Flota Matos, de nombre Verónica Francisca Pech Canul, se desmayó en varias ocasiones, al igual que una de sus cuñadas, por lo que tuvieron que intervenir paramédicos de la UREM, quienes estaban pendientes de lo que pasaba.
Al filo de la 01:10 de la tarde, después del pase de lista, donde el oficial Francisco Franco Briceño grito “oficial Jorge Amir Flota Matos” y todos sus compañeros al unísono contestaron “¡presente!”, para luego dar paso a la colocación del ataúd en la lápida, sin embargo, ahí fue cuando comenzaron las anomalías, debido que el espacio era muy reducido y el ataúd no entraba, por lo que tuvieron que realizarles algunas reparaciones.
Mientras eso sucedía en el interior, en la parte frontal del panteón, un familiar del occiso se hacía de palabras con el Comisionado de la PEP, Eduardo Guadarrama Díaz, a quien prácticamente echó del panteón, motivo por el cual fue detenido, pero otros familiares en su mayoría mujeres, impidieron que se lo llevaran a la cárcel.
Padre, madre, hermanos y la viuda de Flota Matos se mantuvieron callados todo el tiempo, los ojos enrojecidos, como señal de que ya no les quedaban más lágrimas que derramar, nada más le pedían a Dios que iluminen a las autoridades para dar con los responsables y reciban el castigo que merecen.


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