El Vigilante Diario

Retiran ambulantes

 del mercado viejo

Resultaron ser los propios locatarios

quienes sacaban sus mercancías a los pasillos

Por Jorge Carrillo Beltrán

CHETUMAL.- Los pasillos del mercado Ignacio Manuel Altamirano lucen sin vendedores ambulantes también llamados vendedores semifijos, luego de que el Ayuntamiento capitalino puso en marcha la reorganización de este centro de abasto, en cuya operación resultó que casi el 100 por ciento de esos “ambulantes” eran en realidad locatarios del lugar.

Así lo reconocieron los propios locatarios quienes mencionaron que accedieron a la medida bajo la condición de que la autoridad no permita el establecimiento de otros comerciantes.

Cabe señalar que durante años los comerciantes se quejaban de que los vendedores ambulantes les representaban una competencia desleal y los culpaban de la baja en sus ventas, cuando en realidad se trataba de puestos montados por ellos mismos.

Al ser entrevistados solicitaron guardar el anonimato y reconocieron que el aspecto del mercado mejoró considerablemente, aunque no están seguros de que ello les vaya a beneficiar, pues en los pasillos vendían más.

Mencionaron que el pago de renta, energía eléctrica, cuotas del mercado, e impuestos municipales entre otros gastos los tiene ahorcados económicamente y no saben hasta cuando soportarán quedarse en sus locales en los que las ventas no repuntan.

Cabe señalar que en la pasada administración municipal tanto éste centro de abasto, como el Lázaro Cárdenas, recibieron una inversión millonaria para su remodelación, misma que dejó mucho que desear por la aparición de vicios ocultos en las obras.

Recientemente, la dirección de Desarrollo Económico del Ayuntamiento anunció que canalizarán 20 millones de pesos más para continuar con la remodelación de los dos mercados públicos más representativos e esta capital.

Es importante destacar que dichas remodelaciones no han sido suficientes para que los locatarios que supuestamente están organizados, mejoren las condiciones en las que expenden sus productos, sobre todo en las carnicerías donde la higiene es mínima, aunado a que no cuentan con sistemas de refrigeración, y ninguna autoridad municipal, estatal o federal ha tomado cartas en el asunto aún cuando se trata de salvaguardar la salud de los consumidores.