Malos hábitos alimenticios
 de estudiantes, desde casa

Los hijos de personas que tienen malos hábitos regularmente copian esos malos hábitos y se vuelven costumbres. Hay que buscar desde casa una alimentación sana, responsable y que le permita al individuo mantenerse de manera comprometida con su propio desarrollo físico y mental, opina el Colegio de Médicos de Quintana Roo

Por Jaime Rodríguez

CHETUMAL.- “Se debe tener una dieta balanceada que le permita al menor fuentes de ciertos alimentos que requiere para desarrollarse sanamente”; dijo el doctor Francisco Lara Uscanga, presidente del Colegio de Médicos de Quintana Roo, respecto a la dieta que deben llevar los menores en edad escolar.
“Sabemos que los alimentos llamados comúnmente ‘chatarra’ se contraponen a esto y en lugar de favorecer crean problemas de obesidad, que a la larga van a desarrollar individuos con problemas de hipertensión y de diabetes. Tenemos que trabajar mucho a nivel de las escuelas, pero hay que ser precisos y saber que este problema no empieza en la escuela, empieza en casa. Los hijos de personas que tienen malos hábitos regularmente copian esos malos hábitos y se vuelven costumbres”, explicó.
Hay que buscar desde casa una alimentación sana, responsable y que le permita al individuo mantenerse de manera comprometida con su propio desarrollo físico y mental. En las primeras etapas de la vida, la familia desempeña un papel clave, puesto que es la proveedora de alimentos y el modelo de conducta. La escolarización ampliará su círculo social y le ofrecerá otras referencias que pueden hacerle cambiar sus hábitos alimentarios.
“Hay comerciales que dicen somos lo que comemos, y verdaderamente es una situación que no se da nada más en México. El copiar modelos de países altamente desarrollados nos ha originado una serie de problemas sociales y ahora de salud que nos están costando miles de millones al sistema federal de salud y a los sistemas estatales y municipales para tratar de sopesar o encontrar una solución que acabe con el problema. Por lo menos una situación atenuante que permita plantear una nueva estrategia encaminada a ir resolviendo en el futuro este problema del consumo de alimentos inadecuados”, consideró el médico.
Por ejemplo, el menú diario para un niño entre los 4 y 11 años debe comprender 4 o 5 comidas diarias y debe seguir un mismo horario todos los días para crear hábito en el niño. La comida principal es el desayuno, el cual debe incluir lácteos, cereales, frutas y algún producto de bollería industrial o preparado en casa, que es lo ideal. La lonchera  complementa el desayuno, no lo sustituye, y debe ser lo suficientemente ligera para que el niño sienta apetito a la hora del almuerzo. El almuerzo debe estar compuesto por un primer y segundo plato más un postre (lácteo sencillo o fruta). Y la cena, debe ser más ligera y lo antes posible para que pueda dormir tranquilo.
El doctor Francisco Lara Uscanga acotó que hay que aplicar programas integrales de nutrición, pues los malos hábitos no se generan en las escuelas.
“Podríamos encuestar y buscar que el escolar, cuando inicia su ciclo, ya lleva el hábito de consumir productos chatarra y productos de bajo valor nutricional y alto valor calórico, porque los comerciales siempre los llevan a los puestos de comida rápida porque hay un payaso o porque hay colores bonitos y hay juegos, y eso es llamativo para los niños; es la mercadotecnia la que origina que desde niños estemos metidos en los malos hábitos alimenticios”, explicó.
Lara Uscanga puntualizó que un desayuno equilibrado con una cantidad suficiente de proteínas y carbohidratos permite al cuerpo obtener una fuente de energía y fuente de estructura para funcionar durante el día.

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